El 17 de enero   celebramos SAN ANTÓN el patrón de los animales, el día en que reciben sus merecidas bendiciones. ¿Te has preguntado por qué hoy, San Antón, es el santo de los animales ?.

Según informa la Wikipedia, San Antonio Antón Abad nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local haciendo ascética, durmiendo en un sepulcro vacio. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a dirigir su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad 

El perfil que encontramos en la Wikipedia asegura que su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos,. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo como ermitaño. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo. 
Jerónimo de Estridón, cuenta que el cuervo que, según la tradición, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales. Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza.

En la teología el colocar los animales junto a la figura de un cristiano era decir que esa persona había entrado en la vida bienaventurada, esto es, en el Cielo, puesto que dominaba la creación.

día 17 de Enero, se celebra en toda la cristiandad la fiesta de San Antonio Abad, una fiesta que va mucho más allá de la simple onomástica pues entronca decisivamente con el sentir tradicional del pueblo, sus ciclos naturales y también su religión.
Siempre se repite la máxima de que “hasta San Antón pascuas son” y, como todos los refranes trabajan, éste no se queda atrás. El sentido de la palabra Pascua tiene un significado que podría transcribirse como “paso” proveniente del concepto hebreo “pesaj”, aunque también tiene un sentido de “inicio”. El concepto de pascua ha tenido gran éxito entre todas las civilizaciones occidentales y, mezclado con la religión, ha alcanzado cotas culturales inigualables. Tiene por tanto un doble sentido, por un lado natural, adaptado a los ciclos agrícolas tradicionales, y por otro religioso, en relación al inicio de la vida del redentor, Jesucristo. Eso no quita para que haya otros momentos de Pascua, o paso, como el de pascua florida, en primavera, relacionado con la primavera y, en el plano religioso cristiano, unido a la fiesta del paso a la vida eterna de cristo.
Así pues, todo lo que significa paso del año o de un nuevo ciclo de la cosecha, estaría asociado a este momento del año que simboliza las pascuas en el que como vemos se mezcla un sentido natural con uno religioso.
Desde la plantación del cereal, se produce en noviembre el culto a la muerte como paso al más allá, a lo que sucede el principio de la vida con el nacimiento de Jesús, proceso que culmina en San Antonio con innumerables festejos por toda la provincia y alusiones a la vida tradicional.
 
En Hellín
La Hermandad de San Antonio Abad comenzó en la jornada de ayer sábado los actos, ya tradicionales, en honor a su imagen titular, entre los que no faltarán desde los oficios religiosos, hasta la bendición de animales y la procesión, junto al reparto de rosquillas y calendarios.
En concreto, las actividades que, desde hace décadas, son ya fijas en el calendario en esta época del año, arrancarán hoy, a partir de las 18 horas, con una misa en el Santuario del Rosario en honor del Patrón y de los hermanos difuntos por la Hermandad.
Para mañana, se ha programado la procesión, a partir de las 11 horas, desde el propio Santuario, y recorriendo el itinerario de costumbre, con la presencia de la imagen titular y que portarán los más pequeños, que culminará en la Plaza de la Iglesia, con la bendición de animales, a cargo de Victoriano Navarro, junto al primer reparto de rosquillas y calendarios.
Este ritual seguirá el lunes y martes, festividad en sí de San Antón, en la propia sede de la Hermandad que se halla en la calle Milagros: en principio, dirigido a los más de 500 hermanos, en señal de agradecimiento por su colaboración.
Cuenta la tradición oral que, en el pasado, era típico que se colocara el almanaque en las cuadras donde existían animales, a los que además se les entregaba el pan que ahora se entrega entre la ciudadanía, con el fin de que estuvieran bendecidos y protegidos a lo largo de todo el año, al creerse que tenía poderes curativos y hasta milagrosos.
Nacimiento
Las rosquillas se realizarán, tal y como ya viene ocurriendo desde hace años, en una panadería de Isso, de la que saldrán 5.000 panecicos con esa forma tan original que también degustarán algunos ciudadanos ajenos a la Hermandad.
Conviene recordar que fueron los alpargateros de la época los que crearon el germen de la actual Hermandad de San Antonio Abad, tal y como se refiere en un libro que se publicó en el 2009, donde también se hace una referencia a esta tradición relacionada con el pan, de la que tampoco existe un conocimiento exacto de los motivos por los que nació este ritual del reparto de rosquillas.
La tradición se ha tenido que reinventar en algunos actos con el paso de los años, ya que por ejemplo ya no se suelta, como antaño, el gorrino que se sorteará este martes entre las papeletas que se han vendido en la víspera y se ofrecerán mañana en la Procesión, por las calles anexas a la sede de la Hermandad, ni tampoco camina en ese desfile, como también era habitual, para que lo contemplara el público que se agolpaba en las calles del recorrido.